Período Neonatal
miércoles, 29 de julio de 2015
domingo, 26 de julio de 2015
Conceptualización de Período Neonatal y Neonato
"Se entiende por período neonatal aquel que comprende los 30 primeros días después del nacimiento."
Se llama neonato al bebé recién
nacido, que es un bebé que tiene 30 días o menos, contados desde el día de su
nacimiento, ya sea que haya sido por parto natural o por cesárea. La palabra se
aplica tanto a aquellos bebés nacidos antes de tiempo, en tiempo y forma o
pasados los nueve meses de embarazo.
Si bien se trata de una etapa de
la vida realmente muy corta, los cambios que se suceden pueden desembocar en
consecuencias muy determinantes para el resto de la vida del recién nacido,
porque durante estos aproximadamente 30 días es que se descubrirán todos
aquellos defectos congénitos o genéticos con los que pueda haber nacido el
neonato, incluso, de ser detectada alguna enfermedad, podrá ser tratada casi
desde su inicio y por tanto evitar así males futuros que se hagan más complejos
como consecuencia del paso del tiempo. (Definición ABC, 2007)
Qué es un neonato
Un neonato es un bebé de 4 semanas o menos.También se define como el producto de la concepción desde el nacimiento hasta los 28 días de edad.
Un neonato también se denomina "recién nacido". El período neonatal son las primeras 4 semanas de la vida de un bebé, representa un tiempo en el que los cambios son muy rápidos y se pueden presentar muchos eventos críticos. (Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, 2011)
sábado, 25 de julio de 2015
Adaptación del neonato al medio exterior
El recién nacido debe hacer adaptaciones importantes para su transición a la vida extrauterina. Para vivir independiente de su madre, debe establecer de inmediato la ventilación pulmonar, es decir la capacidad de respirar por sí mismo, lo cual va unido a cambios circulatorios evidentes. Estos cambios son naturales para la mayoría de los pequeños, pero para otros el proceso es problemático.
El lactante debe adaptarse para lo siguiente:
- Respirar de inmediato y seguir haciéndolo.
- Reemplazar el líquido de los pulmones por aire.
- Abrir la circulación pulmonar y cerrar los cortocircuitos fetales.
- Permitir el aumento de flujo sanguíneo pulmonar y la redistribución del gasto cardíaco (volumen de sangre).
- Proporcionar energía para mantener la temperatura del cuerpo y los procesos metabólicos.
- Eliminar las toxinas de las sustancias que provienen del medio ambiente. (Manual of Neonatal Care, 1998)
Para más información: Adaptación neonatal en SlideShare
viernes, 24 de julio de 2015
Necesidades Básicas del neonato
Calor. Como aún no mantiene su temperatura corporal, es esencial que esté en una habitación caldeada o pegadito al cuerpo de su madre. Es bueno ponerle un gorro en la cabeza, una zona por la que pierde calor fácilmente.
Contacto físico. En el útero, la piel del bebé era masajeada constantemente por las paredes de éste y por el líquido amniótico. Al perder este contacto se siente desprotegido, por ello necesita estar en los brazos de la mamá o en los de papá. Los estudios lo confirman: los bebés que pasan mucho tiempo cerca de sus madres lloran menos que los que están con mucha frecuencia solos en su cuna.
Movimientos rítmicos. Le relajan porque le recuerdan a su vida anterior. Las madres, de forma intuitiva, suelen mecer a sus bebés entre 60 y 70 veces por minuto. Y no es el ritmo con el que caminamos (100 pasos por minuto), sino el ritmo con el que late el corazón. Esto indica que lo que le calma es la combinación de los movimientos con otra sensación que asocia a su vida intrauterina...
... el latido del corazón de la madre. Este sonido está fuertemente arraigado en su memoria. La mayoría de las mamás (incluso las que son zurdas) suelen, otra vez intuitivamente, coger al bebé en su brazo izquierdo, de modo que su carita queda cerca de su corazón. Así el niño se siente bien, porque oye los latidos como antes, en el útero. Hay otro motivo por el que tienen esta tendencia: los bebés suelen tener preferencia por girar su cabecita hacia el lado derecho más que hacia el izquierdo.
La voz de la mamá y la de su papá. El recién nacido ya conoce la voz de la madre y la distingue de otras. También reconoce la de su papá. Cuando se le habla se siente reconfortado y el mundo vuelve a tener sentido para él.
Sintonía con la madre. Tener comunicación. Percibir sus señales y transmitírselas. Por ejemplo, si está observándolo dormido en su cuna y de pronto él abre los ojitos y la mira. Respondiendo a su mirada la madre le habla dulcemente y lo coge en sus brazos. Y entonces él se acurruca en su pecho, relajado y feliz. Esta sintonía lo hace sentir más seguro.
Una respuesta pronta a su llanto. Llorar es el principal recurso con el que cuenta el recién nacido para expresar sus necesidades, y cuando se le responde sin demora siente el mundo como un lugar tranquilizador. Hasta los 9 meses el cerebro del bebé no es capaz de entender la relación entre su conducta (llorar) y la respuesta de su mamá (atenderle), así que ignorando su llanto el niño no aprenderá nada. Sin embargo, según los estudios de Bell y Ainsworth, una rápida respuesta hace que con el tiempo el llanto disminuya. Además, está comprobado que a las tres semanas las madres distinguen entre el llanto por hambre, por sueño o por incomodidad. Y a los dos meses ya discriminan el llanto por dolor, frustración, tristeza o aburrimiento.
Alimentación cuando tiene hambre. El bebé recién nacido no tiene un ritmo fijo. En el útero estaba acostumbrado a ser alimentado continuamente, así que la sensación de hambre es nueva (y desagradable) para él.
Protección ante la sobreestimulación. Para el bebé que acaba de llegar al mundo todas las sensaciones que vive son nuevas: las luces, los sonidos, las caricias, los cambios de temperatura y, muy pronto, el día a día con su baño, las visitas, las tomas… Esa avalancha de impresiones desconocidas hasta ahora puede abrumarle. (Coks Feenstra, 2015)
Para más información: Video sobre necesidades básicas del neonato que se extiende hasta el primer año de vida... en la parte de abajo
jueves, 23 de julio de 2015
Dotación sensorial del recién nacido
"El recién nacido está capacitado para ver, oír, oler, gustar y tocar desde antes del nacimiento"
Al nacer los bebés presentan un estado de hipertonía en los miembros y de hipotonía en la cabeza y el tronco. El desarrollo sensorial del recién nacido se mide a través de los sentidos: audición, visión, gusto, tacto y olfato.
No todos los sentidos en los bebés están igual de desarrollados, de manera que en cada uno vamos a ir encontrando diferencias que van a marcar su evolución en las diferentes etapas del bebé.
Desarrollo sensorial del recién nacido
Oído. El recién nacido percibe los ruidos, pero no los escucha. Es muy sensible a la intensidad, le calma la voz de su madre, la música dulce y le excitan los ruidos fuertes. Aún no es capaz de localizar la fuente del sonido.
Vista. Los primeros días los ojos del bebé están cerrados, duerme la mayor parte del tiempo. Frunce los parpados cuando cambia la luz o cuando se produce un ruido agudo. Puede fijarse en un punto luminoso, pero solo ve una imagen borrosa. Mira atentamente el rostro de la madre pero hasta los tres meses no es capaz de diferenciar un rostro real de uno dibujado.
Puede observarse cierto estrabismo cuando un recién nacido fija la vista en un rostro dado que la coordinación de los músculos oculares aún no es buena.
Gusto. Desde el nacimiento, el sentido del gusto está muy desarrollado: el recién nacido prefiere el gusto dulce o azucarado a los gustos ácidos, salados o amargos. Si le acercamos un dedo cubierto de azúcar lo succionará y seguirá succionando cuando lo retiramos. En cambio, con un dedo cubierto de sal hará muecas sin succionarlo.
Tacto. Para el recién nacido, el tacto equivale a un lenguaje. El contacto con la piel (sobre todo, la de su madre) y el calor, es una estimulación muy fuerte. A través de la piel, el niño capta todas las vibraciones de la madre y experimenta todos los sentimientos que ella le proporciona.
Olfato. Tras múltiples estudios sobre el olfato en los recién nacidos, se ha comprobado que el bebé hace muecas cuando percibe un olor fuerte y desagradable. Tomado de: guiainfantil (5)
miércoles, 22 de julio de 2015
Reflejos del neonato
- Reflejo de grasping (prensión). La excitación de la palma de la mano del recién nacido mediante un objeto determina la fuerte flexión de los dedos sobre este objeto. Existe también un grasping de los pies menos intenso.
- Reflejo de succión. La excitación de los labios del recién nacido da lugar a un movimiento rítmico de succión, que es el reflejo de succión.
- Reflejo de enderezamiento estático. El niño tiene tendencia a extender los miembros inferiores cuando le ejerce una presión sobre las plantas de los pies (el talón en particular). Esta reacción desaparecerá hacia el décimo mes para reaparecer más tarde en su forma activa cuando el niño sea capaz de enderezarse.
- Reflejo de la marcha automática. La excitación de las plantas de los pies del recién nacido (poniéndolo de pie encima de algo), determina un movimiento de las piernas que se parece a la marcha.
- Reflejo del moro (brazos en cruz). Cuando se produce un golpe seco (una palmada), el niño separa bruscamente los brazos y, en un segundo tiempo, los vuelve a poner sobre su pecho. El reflejo del moro puede provocarse de diversas formas y también se manifiesta al cambiarlo de posición.
- Reflejo de los puntos cardinales. La excitación de la comisura de los labios provoca una rotación de la cabeza en sentido de la estimulación.
Reflejos del recién nacido que no desaparecen
Algunos reflejos observados en el recién nacido que no desaparecerán definitivamente:
- El hipo. Acto que se acompaña de movimientos de la lengua y del maxilar inferior, entrecortado por pausas. Los bebés tienen hipo.
- El bostezo. Traduce la fatiga del recién nacido y sus ganas de dormir.
- El estornudo. Reflejo protector adaptado al aparato respiratorio
- La deglución. Provocada por el contacto de alimentos al nivel de la faringe o de la lengua. (María Algueró, 2013)
Para más información: Video de Reflejos del neonato
martes, 21 de julio de 2015
Alimentación en el período neonatal
El período neonatal es único en cuanto al crecimiento y desarrollo del niño. La nutrición
en este período es decisiva y tiene requerimientos especiales.
La leche materna es insustituible, la madre debe tener un conocimiento apropiado de esto y ser tranquilizada con respecto a problemas frecuentes que se presentan en el amamantamiento.
Ventajas adicionales de la leche materna
Junto al aporte nutricional ideal, se han determinado una serie de otras ventajas de ella frente a la leche artificial:
- Protección contra las infecciones. IgA secretoras. El Recién Nacido no es capaz de producir IgA en el período neonatal.
- La leche materna aporta IgA, las cuáles dan una protección local contra las infecciones por virus y bacterias, impidiendo la adhesividad de éstos a la mucosa intestinal.
- También neutralizan las enterotoxinas de la Escherichia coli y del Vibrio cholerae.
- Estimula el desarrollo del Lacto-bacilo, germen de baja virulencia que impide el desarrollo de otros más virulentos.
- Aporta lisozima, que tiene efecto bacteriostático contra los bacilos gram positivos.
- Proporciona lactoferrina que al unirse al fierro en el intestino impide que esté disponible para la multiplicación bacteriana.
Ninguno de estos factores inmunológicos ha podido ser preparado artificialmente hasta ahora.
La leche materna es estéril y su temperatura es siempre la conveniente.
No produce sensibilización. La mucosa intestinal del Recién Nacido es más permeable a las proteínas. Un suplemento de fórmula administrado por una vez en este período, es potencialmente suficiente para estimular la sensibilización. (Berríos, R., Ester Noemí, 2009)
Para más información: Video importancia de la alimentación en el recién nacido
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